Danzón se hace presente en la Plaza del Congreso de Saltillo

Cerca de 70 adultos mayores se reunieron este viernes en la Plaza del Congreso de Saltillo para disfrutar del danzón, que ya se ha vuelto una tradición.

Desde 2008, cada viernes el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo coloca sillas y bocinas en la mencionada plaza para que decenas de personas aprovechen el espacio público a través del baile.

José Humberto Rivera Álvarez es, junto a su esposa María Eugenia Salazar, el instructor que ayuda a quienes deseen aprender la cadencia, los simbolismos y el arte del baile.

“Yo me enamoré del danzón en 2007 cuando salimos a Querétaro, ahí lo vi por primera vez. Cuando lo voy viendo, la vestimenta, la coreografía, fue lo que hizo que me enamorara del danzón”, contó Rivera

Agregó que si bien se conoce la vestimenta de los pachucos, “en el norte somos más conservadores y usamos solo la guayabera, el pantalón blanco y los zapatos de charol”.

Dijo que desde 2008, y a excepción de los meses en los que bajan las temperaturas, cada viernes se realiza el danzón desde las 18:00 hasta las 20:00 horas.

“El danzón es un baile de contención en donde yo voy a acercarme a la dama y ella se hace para atrás. Luego yo me hago para atrás y la dama se hace para adelante sin caer en las exageraciones de que la voy a abrazar y la voy a traer aquí pegada”, contó Rivera Álvarez.

Detalló que el danzón tiene seis partes, aunque solo se bailan tres, mientras que el resto son de descanso para “pasear” o “llevar” a las damas.

Por su parte, María del Refugio Olvera señaló que acude a bailar a la Plaza del Congreso desde hace más de seis años y le gusta porque le permite distraerse y mantenerse en movimiento.

María mencionó que es común que haya cortejos entre los adultos que acuden a bailar, al grado que compañeros suyos que se conocieron en el danzón, se casaron el pasado mes de diciembre.

Asimismo, Jesús Huerta, de 85 años, acude desde hace varios años con su esposa Maricarmen, quien afirma que es una forma de seguir en movimiento y de “terminar alegre la vejez”.

“Estando un joven baila uno de todo, aquí también bailamos de todo aunque metemos más danzón y cumbia”, declaró Huerta, quien reconoce que Maricarmen, de 78 años, tiene más energía y se cansa menos al momento de bailar.

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